Aventuras entre las mesas electorales

Domingo electoral. Once de la mañana.

Había mucho ambiente incluso en la calle. Un montón de corrillos de gente que iba o venía de votar. La gente del barrio, hoy no te saluda con el ‘buenos días’, el ‘hola’, o ‘buen domingo’ sino que todo aquel con el que te cruzas te dice lo mismo ‘¿ya votaste?’. A lo que tu respondes ‘no, ahora voy’ o ‘si, vengo de allí’.

Todas las votaciones me corresponden en el mismo colegio electoral y en la misma mesa. Con paso decidido, llegué hasta la sala donde siempre me corresponde pero las mesas estaban colocadas de otra forma. Fue entonces cuando me entró la duda. Hacía semanas que había recibido la tarjeta en la que te dicen la sección y la mesa pero ¿quién sabe qué hice con ella? Total, yo siempre voy al mismo sitio...

Supongo que habría alguna lista de todos los apellidos correspondientes a ese colegio electoral, pero con tanta gente, con sus sobre en la mano y sus papeletas de la mesa y sección en la otra y tanto caos, me fue imposible encontrarla. Me encontré con una conocida que aunque iba con la papeleta de la sección y la mesa que le correspondían, no la encontraba. Mientras que nos saludábamos, ya que había mucho que no nos veíamos, una chica se acercó a la zona donde estaban las diferentes papeletas. Al ver tantas preguntó:

- ¿Y estas de color anaranjado para qué son?

- Para el Senado.

La cara de chica fue como de ¡¡¿¡¡¿qué!?!!¡¡¿y eso?!!!

- Tienes que marcar con una 'X' las casillas del partido

al que quieras votar.

- ¡Ay! Dejarme un boli para acabar con esto de una vez!

Después de esto, me decidí a encontrar mi mesa y en la primera lista que vi allí era. Entrego mi DNI, comprueban que estoy en la lista, dicen mi número, me devuelven el DNI, doy mis dos sobres, el presidente de la mesa los introduce en sus respectivas urnas y en voz alta dice:

‘VOTA’